Foto grupal 651

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lunes, 5 de abril de 2010

El almohadón de plumas...según...

JONATHAN CARRASCO ESPINOZA

En una noche fría tranquila y espesa de otoño mientras las hojas caían y la luna regia el cielo miraba hacia el cielo absorto en mi pensamiento, cuando en un espacio, de no más de 1 segundo paso un hombre caminando a una velocidad inédita frente a mi presencia , su velocidad era tal que cuando agache la mirada para observar quien era este hombre ya había virado en la esquina siguiente, no sé de dónde ni porque pero sentí un ímpetu tal que me dio por querer averiguar quién era tal hombre y preguntarle cual era el motivo de su prisa; fue un momento de esos en los que una persona no usa de la prudencia y actúa violando el derecho de reserva de cada persona, a pesar de eso le seguí sin importar nada; le seguí de manera agitada hasta una zona obscura de nuestra ciudad tan callejoneada y fue ahí donde le perdí la pista, sin más ni más retorne mi camino a casa por la misma ruta que tome para seguir a tan extraño hombre, taciturno en mis adentros y con la cabeza agachada al caminar pude ver un pedazo de hoja extraña que si no me equivoco era de papel amate, parecía roída por el tiempo y ajetreada por manos humanas esta hoja tenía una inscripción en letra cursiva pero no de estilo populacho si no de una forma muy difícil de entender tan redondeada que abarcaba todo el pedazo de la hoja y he de decir que el pedazo era de una dimensión nada despreciable la puse a manera de verla mejor a la luz dulce de un faro y pude percibir con mucha dificultad la inscripción Deneb, realmente no pude entender el mensaje de tal inscripción y decidí llegar al acogedor calor de mi hogar; llegue sin más contratiempos a mi destino y el cansancio me abatió de tal forma que me deje caer en el sofá más cercano, desperté en menos de una hora totalmente satisfecho del sueño como si hubiese dormido unas 12 horas y tal fue mi sorpresa cuando vi el reloj y me percate de que marcaba la 1:30 am y después de tal reacción mi vista bajo al sitio donde estaba el papel que había encontrado así que mi curiosidad me llego nuevamente hacia ella la observe con detenimiento y me dejo la misma impresión que me había dejado la primera vez que la vi no era más que una simple hoja de hermosa apariencia, pero no me rendí y lo primero que hice después de eso fue tomar uno y otro diccionario de l sala –biblioteca para buscar la palabra que ya me hacía en tal circunstancia hasta que un diccionario me dio una pista; Deneb: estrella de magnitud 1.25, situada en la constelación de Cygnus a 3200 años luz de nuestro planeta. No encontré más que eso, y más sin en cambio esto desato mas mi curiosidad así que empecé a hacer conjeturas inducciones y deducciones durante toda la noche, una pregunta me conducía a otra y esa a otra y esa rebatía una hipótesis y esta a la otra e iban minando mis esperanzas y mis salidas para llegar a una conclusión viable; y así llego la mañana y pude llegar a una conclusión aceptable e irrebatible, Deneb era un lugar designado en la tierra que servía para la reunión de hombres y mujeres dedicados a conservar lo que la humanidad ha perdido desde tiempos inmemorables, los valores, los valores éticos, cívicos, estéticos, materiales , morales, espirituales, científicos, tecnológicos , y de toda índole esto lo pude comprobar al trabajar y pedir la opinión de muchos de mis colaboradores y amigos, durante 3 meses de trabajo arduo, y solo hay una pregunta que quisiese responder y que dedicare toda mi vida a responder ¿Dónde está este lugar, será un local, un estado mental, una planicie, un desierto? Y esta pregunta me surgió al volver al sitio donde perdí a tan particular individuo y no encontrar más que un lugar desolado el cual recorrí de pies a cabeza y en el cual no encontré más que una nota que decía, “para encontrarme necesitar erradicar todos los vicios de tu humana persona, cuando llegue tal momento ten por seguro que encontraras el lugar”

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